Las tranquilas localidades del Golfo de California se "partieron la madre" cuando los dólares llegaron de China para convertir a algunos pescadores en delincuentes, a muchos pobres trabajadores del mar en unos más pobres desempleados y acabar, en medio de un fuego cruzado de redes de pesca ilegales, con el símbolo ecológico de todo México, la vaquita marina o cochito, al que le quedan seis decenas de ejemplares para desaparecer como especie del planeta Tierra.Llegaron también los narcos; los policías corruptos; los millonarios, bienintencionados y desiguales planes del Gobierno; los grupos ecologistas y los muertos que ya aparecen baleados en las calles. En este terrible puzzle, la pieza clave, es otro enorme pez, la totoaba, y su "millonario" buche que sale desde el Golfo de California al lejano Oriente donde las creencias dictan que con su vejiga natatoria (buche) se realiza una sopa llamada Seen Kow que tiene propiedades curativas y afrodisíacas y se paga a más de 20.000 dólares la pieza.Es el tráfico ilegal de este valioso pez también en peligro de extinción, bautizado como "narcobucheo", el que se lleva por delante a la vaquita y la economía de toda una comarca. "Se despertó la codicia y las mafias organizadas desde Puerto Peñasco a San Felipe se dedican a eso. Por las noches se saca y vende la totoaba en las playas ilegalmente. Los grupos narcos han comenzado a pelear por la plaza y a extorsionar pescadores que trabajan para ellos ", explica a EL MUNDO el doctor Jorge Figueroa, regidor y ex presidente municipal de San Luis Río Colorado, municipio al que pertenece Golfo de Santa Clara.Las prohibidas redes que se usan para atrapar totoabas son letales para la vaquita marina que se enreda en ellas hasta morir y sus cadáveres aparecen en las playas abandonados (no tiene ningún uso).
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